MENSAJES DEL CÓDICE DE LA TILMA

En esta Imagen se ofrece un verdadero mensaje del amor de Dios tanto para los indígenas como para cualquier cultura, cuya fuente iconográfica y teológica es lo que nos proclama el libro del Apocalipsis,en el capítulo 12,1-2 “Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajosus pies, (…) está encinta”. Quizás nunca podamos “traducir” todo este “Evangelio pictográfico” quede inmediato ganó para la Fe a todo el Valle del Anáhuac, pues nos deben faltar muchos elementos, pero los que tenemos hoy bastan para pasmarnos ante la claridad, sencillez, belleza y acierto con el que realizó lo que era imposible para los misioneros humanos: proclamar la Buena Nueva de Cristo apartir de la venerada “Antigua Regla de Vida” de sus antepasados, y no cambiándola, sino dándole plenitud

Los rayos del Sol

 

 

Santa María de Guadalupe se para frente al sol y es rodeada por rayos de oro, intercalándose los de forma recta con los serpenteantes, y está integrando una figura de “nimbo” de forma de almendra (mandorla) en toda la figura, lo que significa divinidad que, si bien recuerda las imágenes de la Inmaculada Concepción europeas, al mismo tiempo manifiesta que Ella porta al verdadero Sol de Justicia, al Dios Supremo, que viene a superar y a darle plenitud a todo lo creado.

El rostro

 

El rostro es el de una jovencita, apenas salida de la adolescencia, ni india ni española, sino mestiza, un rostro mexicano o, mejor, hispanoamericano. En unmomento en que aún no las había de esa edad y en que ni indios ni españoles aceptaban el fruto de su unión, sino que, en algunos casos, lo despreciaban -eran en realidad los primeros mexicanos e hispanoamericanos-, fue el arquetipo biológico que adoptó la Madre de Ometéotl para manifestar, ya desde su rostro, su misión y función: «…Daré todo mi amor… porque yo en verdad soy vuestra Madre compasiva, tuya y de todos los que en esta tierra estáis en uno, y de las demás variadas estirpes de hombres, mis amadores…».

Un rostro en el que cada uno de los progenitores, el español y la india o viceversa, puede reconocer, ennoblecido, un tercer rostro, con perfil propio y original, ya no español, ni indígena, sino un rostro otro, síntesis del viejo mundo -semítico, ibérico, romano, godo y africano-, y del nuevo mundo -indio americano, fuertemente emparentado con Asia y África-. La Virgen de Guadalupe se ha hecho india con la india y con el indio para llevarlos a Cristo. Esa identidad se simboliza muy luminosamente en el rostro mestizo de María de Guadalupe, que se yergue al inicio de la evangelización. Además, es sorprendente que la inclinación que tiene de su cabeza coincida con los mismos grados de inclinación de la tierra.

El resplandor del sol

Al aspecto nocturno se sobrepone el diurno, pues la Señora está vestida de sol, más aún, está preñada del sol, como puede verse por la flor de cuatro pétalos (el nahui ollin), única en toda la túnica y que está sobre la matriz, por la colocación de la cinta que la ciñe y por la intensidad de los resplandores que crece en la cintura. No es sólo sol astronómico, es una aurora de sol distinto en el momento de despuntar: es lo que significa «Tonatiuh», «El que va brillando», y «Citlallatónac» o «Astro que hace lucir todas las cosas». Como se sabe, el sol es otro de los nombres de Ometéotl símbolo suyo. El Nahui Ollin aunque pudiera pasar desapercibido, tiene un profundo y muy fuerte significado. Representa al origen de la vida en el universo, al sol en movimiento, los cuatro rumbos del mundo, y que significa, en definitiva, el verdaderísimo Dios por quien se vive.

Los indígenas captaron que el ser que se encuentra en el vientre de María era nada menos que Dios mismo, el Creador del Universo: es Jesucristo el centro tanto del mensaje como de esta hermosa y portentosa Imagen. 

Las manos



Santa María de Guadalupe es una mujer en oración, lo que se puede apreciar perfectamente al ver cómo junta
sus manos, semejante a la usanza europea y, al mismo tiempo, tomando en cuenta que también para los indígenas Ella está en oración a su modo y costumbre.

El paso de danza



Si nos fijamos bien, veremos que la rodilla derecha de la Virgen está levantada ligeramente, como en actitud de iniciar un paso hacia adelante, dejando ver, a su vez, el pie derecho asomado en su túnica. Para la mentalidad india, lo que estaba haciendo la Virgen era dar un paso de danza, y para ellos danzar era nada menos que crear, la forma máxima de reverenciar a Dios, la oración total.

La Flor - Cerro – Corazón

La túnica de la Virgen está llena de flores extrañas queson un cúmulo de conceptos. Mientras que para los españoles simplemente eran “arabescos” o adornos, paralos indígenas eran todo un mensaje, tan claro y perceptible que dichos “glifos” no siguen los pliegues de la túnica, sino que están encima de los pliegues. Todas las flores tienen su “raíz en el cielo”, representado por el manto azul-verdoso lleno de estrellas, lo que significa que esta flor tiene su fundamento en lo celestial. La flor tiene la figura de cerro, mientras que su tallo tiene la figura de agua; este monte termina en punta, lo que para los indígenas es Tepeyac, pues significa “cerro punta”.

Hay que tomar en cuenta que para los indígenas “flor y agua” significa “civilización”, por lo tanto,representa una civilización enraizada en lo celeste. En la flor-cerro se observan pequeñas flores entorno, lo que significa que es xochitlalpan o tierra de las flores, es decir, la plenitud de la verdad. Ahora bien, si ponemos de cabeza esta flor-cerro, como también los indígenas veían los códices desde diferentes ángulos, podemos comprobar que esta flor-cerro es también corazón, sangre yarterias, por lo tanto el sustento de la divinidad. Si volvemos a su posición original, dentro de esta flor-cerro-corazón se observa un rostro. Para los indígenas ser sabio significa “poner un rostro humano en el corazón ajeno”, por lo que se entiende que esta flor-cerro-corazón significa que está llena de la sabiduría divina. De esta manera, podemos concluir que esta flor de la verdad de Dios es una nueva civilización que surge del cielo y está llena de la verdad y la sabiduría divina. Esto concuerda perfectamente con lo que es el centro del mensaje de Santa María de Guadalupe, quien mucho desea se le construya una “casita sagrada” lo que significa una nueva civilización del amor y de la sabiduría de Dios.

Los indígenas veían la Imagen como todo un códice plano, pues ellos nunca dibujaban o pintaban con una tercera dimensión, es decir, ellos no tomaban en cuenta la profundidad, la luz y la sombra. De esta manera podemos perfectamente entender que la flor-cerro-corazón dorada que se encuentra en su vestido a la altura de su pecho, está incluida dentro de estas manos. Los indígenas, contemplando ala Virgen de Guadalupe, decían: “Nuestros mayores ofrecían corazones a Dios, para que hubiera armonía en la vida. Esta Mujer dice que, sin arrancarlos, le pongamos los nuestros entre sus manos, para que Ella los presente al verdadero Dios.” 

La túnica



La túnica “de rosado o bermejo”, evoca el alba o el ocaso del sol, es color de Tonatiuh y de Yestlaquenqui, nombres diversos del Dios sol. La túnica es de color rosa asalmonado con sombras entre marrón y carmesí y representa a la tierra ya que en ella están estos “adornos” o “glifos” que representan montes y agua. Su doblez inferior evoca la representación que los indígenas hacían de las mantas en los códices de tributos.

El manto azul turquesa

El manto azul, tachonado de estrellas, es la «xiuhtilmatli» o tilma de turquesa, propia de los más altos»tlatoanime» o nobles y príncipes, y del Dios Huitzilopochtli, porque el Huilhuícatl xoxouhqui o «cieloazul» era el séptimo de los trece cielos, donde él residía y ése era el nombre de su templo en Tenochtitlán. Las estrellas que en él brillan traían a la mente india el recuerdo de Citlalinícue o «La diosa de la falda de estrellas», otro nombre de Ometéotl bajo un toque materno. El manto azul-verdoso que cubre de pies a cabeza la figura de Santa María de Guadalupe manifiesta que Ella es una emperatriz, pues para la cultura indígena, sólo el emperador o tlatoani podía portarlo: azul, por el azul del cielo; verde, por la vida. En este manto se encuentran 46 estrellas, que científicamente se ha comprobado que corresponden al orden de las constelaciones en el solsticio de invierno de 1531.

El pelo



La imagen de la Virgen de Guadalupe tiene el pelo partido a la mitad y bien peinado hacia abajo lo que
significa, para los indígenas, virginidad. En la sociedad indígena cuando una mujer estaba casada tenía que
hacerse un trenzado especial con sus cabellos y subirlo hacia los lados a manera de “cuernitos”.

La cinta negra



Representa el cinto de Coatlicue, cuyo color era el negro: Tecolliquenqui, «La que está vestida de negro», otro nombre de Ometéotl. El cinto y moño negros eran el signo con que las mujeres aztecas indicaban su estado “de buena esperanza”. Se deduce que María de Guadalupe está representada como Virgen Madre, que lleva al hijo no en sus brazos, sino en su seno; es un hijo que va a nacer.

El angel

El Angel que sostiene con los brazos abiertos a la Señora es una suerte de atlante indio. Representa a Cuauhtehuámitl o»Aguila que asciende», sostiene a la Cihuapilli saliendo él de una nube. Sus alas con plumas de tres colores, azul verdoso, blanco amarillento y rojo, son también colores sagrados y junto con el negro de la luna, representan los cuatro rumbos del universo: el negro simboliza al norte, el azul al sur; el blanco al oeste y el rojo al este. El ángel esuna especie de «serpiente emplumada» o Quetzalcóatl, conpostura de atlante tolteca, «Tlahuizcalpentecutli» o «Señor de las Estrellas de la mañana», otro de los nombres de Dios.

Sus plumas son pequeñas, como puñales de sacrificio, son alas de águila: «el Aguila que asciende», Cuauhtehuámitl», otro de los nombres de Huitzilpochtli, que sube a ofrendar la Señora a Dios. Elángel, por otro lado, representaría a la orden de los guerreros águilas y guerreros-jaguares, lo más noble de la sociedad azteca. Con su mano derecha está tomando la punta del manto azul–verdoso lleno de estrellas que significa el universo y con la mano izquierda mantiene sujeta la punta de la túnica rosa, que significa la tierra.Él une en armonía el cielo y la tierra. El rostro del ángel es muy hermoso según las categorías estéticas indígenas, pues tiene una cierta calva, que para los indígenas significaba ancianidad, es decir, sabiduría, autoridad, raíz de la verdad cultural. Él también lleva un medallón de color oro que se relaciona con el medallón que porta la Santísima Virgen de Guadalupe.

Luna negra

 

La luna está en cuarto creciente y es negra porque estáen contra luz con el sol. Hemos dicho que su color complementa con el color de las alas del ángel, los cuatro rumbos del universo. Si tomamos en cuenta los códices y la mentalidad indígena estamos ante uno delos puntos importantes de su mensaje ya que la expresión “Me-xi-co” significa: “en el centro de la luna” o “en el ombligo de la luna” lo que a su vez significa “en el hogar de la divinidad omnipotente”, “en el centro creador del universo”, “en el lugar donde surgen los cuatro rumbos del universo”.

Los colores

 

 

El ángel, con vestimenta de color rojo, con alas, algunas también de color rojo, y la Virgen, vestida de rosado, nos evocan el color del sol al nacer y al morir, es el color de Huitzilopochtli y de «Yestlaquenqui», «El que va vestido de rojo», otro de los nombres de Dios. El blanco y el rojo de las alas del ángel hablan de Tlaloc, el Dios del agua y de Xiutecutli, Dios del fuego.

El broche

Hay también «jade y pluma preciosa» (in Chalchiutl in Quetzalli») en la imagen, símbolo de belleza y riqueza
para los indios. El jade del pequeño broche que la Señora lleva en el pecho, como las estatuas de los
dioses, representa su propia alma. Es una cruz potenzada en la que se repite la síntesis cristiana de la
cruz cristiana y la cruz indígena. Los indígenas hacían una perforación entre el cuello y el pecho en algunos
de sus ídolos de piedra, colocando una piedra semipreciosa verde, que para ellos significaba su
corazón, la cual pulían hasta convertirla en un espejo ala que denominaban: el corazón de la divinidad.

Los indígenas se veían reflejados en este “corazón de piedra verde”; así podemos entender que los indígenas
al ver a Santa María de Guadalupe y observar este broche con la cruz central, ellos se veían reflejados en el sacrificio máximo del amor de Dios.

Puntos importantes

El indígena que contemplaba la imagen de la tilma de Juan Diego podía deducir de la "lectura" del "amoxtli" guadalupano, que la noble Señora recogía cuanto de bueno había en su antigua religión y sabiduría indias y lo llevaba a un nivel nuevo y más luminoso. Guadalupe era la Madre del verdaderísimo Dios, que nos da la vida y nos hace hijos de Dios Padre.

Esta mujer “en cinta” portando al verdaderísimo Dios por quien se vive, en su inmaculado vientre, viene en el centro de la luna es decir, a la casa de Dios Omnipotente centro de la creación del universo de donde surgen los cuatro rumbos del universo. Ella viene con el verdadero Sol de Justicia en su inmaculado vientre, eclipsando y superando absolutamente todo. Dios en María es el Ser Supremo por excelencia y viene a su “hogar”, centro de su “casita sagrada”, centro de su Iglesia.

Glosario

Amoxtli:

La imagen que aparece en la tilma de Juan Diego es un amoxtli o «códice indio», al estilo de los que ellos usaban para consignar sus crónicas políticas o sus saberes cosmogónicos y teogónicos. Se trataba de superficies de piel de venado o de papel amate, hecho de corteza macerada de maguey o de pulpa vegetal, plegado a modo de pequeños biombos con cubiertas de madera en los extremos. Sobre una imprimación de yeso o de otra pintura blanca escribían según su propia «gramática».

En el códice se emplea la imagen, que no es un simple «retrato de la realidad», sino una idea o grupo de ideas. Los aztecas y mayas escribían con jeroglíficos, cuya significación era conocida por todos o por lo menos por la clase culta, sacerdotal y política: parte, eran pictogramas que representaban sintéticamente las cosas reales, parte, eran signos de un incipiente alfabeto fonético. A estos elementos gráficos y fónicos, se añadían los colores, cada cual con la propia significación, los símbolos de dioses, ciudades y reyes, las cifras numerales para situar el relato en el tiempo.

De la combinación de estos diversos elementos nace la «gramática» con la que se expresaban en sus «códices». Del conjunto se tenía un texto legible que era completado por las tradiciones orales transmitidas según cánones fijos por procesos 17 mnemotécnicos muy precisos, enseñados a los niños desde el calmecac o escuela. Un códice no se lee, sino que se interpreta, se traduce, es medio de comunicación de una cultura diferente.